67: Redes sociales y oportunidades de aprendizaje
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Introducción
El uso de las redes sociales ha progresado considerablemente durante la última década, con aproximadamente 3,484 millones de personas en todo el mundo utilizando al menos una aplicación en 2019.1,2 El uso de aplicaciones de redes sociales como Facebook, YouTube, Instagram, Twitter y TikTok se ha convertido en una parte integral de la vida de las personas, y muchos usuarios dedican varias horas de su día a estas diversas plataformas.1 Según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), el uso de las redes sociales en Estados Unidos aumentó aproximadamente del 27% al 86% entre 2009 y 2019, lo que refleja un incremento del 59% en un período de diez años.2 Este aumento ha sido particularmente destacado en la población de adultos jóvenes, el 90% de los cuales, con acceso a internet, son usuarios de redes sociales.3 YouTube es la plataforma más utilizada, con aproximadamente el 73% de los adultos de Estados Unidos informando su uso.4 Le siguen de cerca Facebook (69%), Instagram (37%), Pinterest (28%), LinkedIn (27%), Snapchat (24%) y Twitter (22%). Las plataformas individuales de redes sociales, sus características y usos potenciales en urología pediátrica se describen en Tabla 1. Con el mayor uso de las redes sociales por parte de los adultos jóvenes, existe la posibilidad de ofrecer información e intervenciones de salud de alta calidad a una cohorte a la que puede ser difícil llegar mediante medidas convencionales de promoción de la salud y prevención de enfermedades.3
Tabla 1 Plataformas de redes sociales, sus características y usos potenciales en urología pediátrica**
Social Media Platform | Characteristics | Potential uses in pediatric urology |
---|---|---|
Mensajes rápidos y frecuentes con un límite de 140 caracteres; los ‘Tweets’ pueden contener fotos, videos, enlaces o texto | Puntos educativos breves sobre temas de urología pediátrica. Enlaces a fuentes de información confiables | |
Compartir texto, imágenes, videos o enlaces con ‘seguidores’. Sin límite de caracteres. | Campañas de concientización para pacientes, videos educativos cortos | |
YouTube | Plataforma para compartir videos (sin límite de duración) | Videos educativos (académicos y aptos para pacientes) |
Aplicación para compartir fotos y videos cortos | Videos educativos cortos o fotografías | |
TikTok | Videos cortos (máximo 60 segundos) | Videos educativos cortos |
Desde sus inicios, los usuarios se han vuelto cada vez más dependientes de las redes sociales para obtener información de salud.5 Dada su relación particular con las redes sociales, muchos adultos jóvenes recurren a aplicaciones de redes sociales como su fuente principal de información sanitaria, un problema que solo se ha visto amplificado por la reciente pandemia de COVID-19.6 Si bien las redes sociales se han convertido en una herramienta poderosa para que los pacientes obtengan información sobre enfermedades, compartan sus propias experiencias e incluso se comuniquen con profesionales de la salud, existe un gran potencial para la propagación de desinformación.7,8 Estas aplicaciones permiten que pseudoexpertos e influencers, a menudo sin conocimientos especializados en el tema, creen contenido y difundan información falsa que tiene el potencial de llegar a millones de usuarios en todo el mundo.9 Si bien esta capacidad puede utilizarse en beneficio del profesional de la salud al proporcionar información confiable y accesible al público, lamentablemente cataliza la difusión de desinformación cuando cae en manos equivocadas.10 A pesar de los riesgos que las redes sociales plantean al público desde una perspectiva sanitaria, los beneficios potenciales son innegables.
Los métodos convencionales de comunicación en la atención sanitaria, por ejemplo mediante el uso de folletos o boletines informativos, están quedando rápidamente obsoletos.7 Se ha demostrado que la incorporación de las redes sociales por parte de los hospitales aumenta de forma significativa el uso de los servicios hospitalarios por parte de los pacientes, además de tener un impacto positivo en su percepción pública.11 En la actualidad, los profesionales sanitarios pueden compartir información, promover conductas saludables e interactuar con el público mediante aplicaciones de redes sociales, proporcionando información sanitaria accesible, tan necesaria, a una gran cantidad de usuarios.12,13 La difusión de información fiable a través de estas aplicaciones ya ha demostrado dar lugar a cambios de comportamiento observables; la investigación demuestra un efecto positivo en la pérdida de peso, el abandono del tabaquismo y la actividad física en los pacientes expuestos.12,14 Al reconocer que muchos profesionales sanitarios han incorporado las aplicaciones de redes sociales a sus métodos de comunicación con los pacientes, varios organismos gubernamentales han elaborado y publicado directrices sobre cómo utilizar estas plataformas de manera correcta, eficiente y segura.15
El campo de la urología es una de las especialidades pioneras en aprovechar las oportunidades que brindan las redes sociales para la educación y el intercambio global de información relacionada con los trastornos urológicos.16 Si bien los residentes de urología de todo el mundo son optimistas respecto del potencial que tienen las redes sociales para la educación, existe un elemento de duda en torno a su uso correcto y apropiado dentro del entorno sanitario.16,17,18 Se han elaborado varias guías para arrojar luz sobre esta confusión y proporcionar a los profesionales de la salud recomendaciones claras y seguras para interactuar con las redes sociales de manera responsable.19
En 2014, la Sociedad Británica de Urología Internacional (BJUI) propuso diez recomendaciones para que los profesionales de la salud participen de manera responsable en las redes sociales.19 Estas recomendaciones fueron las siguientes:
- Considere siempre que su contenido existirá para siempre y estará disponible para todos.
- Si publica como médico, debe identificarse.
- Indique que sus opiniones son propias si sus instituciones son identificables.
- Su perfil digital y su comportamiento en línea deben alinearse con las normas de su profesión.
- Evite conductas impropias—revele siempre los posibles conflictos de interés.
- Mantenga un límite profesional entre usted y su paciente.
- No publique contenido cuando esté enojado y sea siempre respetuoso.
- Proteja la privacidad y la confidencialidad del paciente en todo momento.
- Alerte a sus colegas si considera que han publicado contenido que podría considerarse inapropiado para un médico.
- Sea siempre veraz y procure la exactitud.
La Asociación Europea de Urología (EAU) pronto siguió su ejemplo, publicando directrices inicialmente en 2014 y actualizándolas en 2018.18 Al igual que BJUI, la EAU elaboró diez directrices prácticas sobre el uso adecuado de las redes sociales. Estas directrices fueron las siguientes:
- Comprenda cómo se comportan otros usuarios en línea antes de interactuar en las redes sociales.
- Establezca y mantenga una identidad digital profesional que sea coherente con su práctica profesional y sus objetivos.
- Nunca comprometa la privacidad ni la confidencialidad de sus pacientes.
- Evite proporcionar consejos médicos y mantenga límites entre usted y los pacientes.
- Asuma que todo lo que publique es permanente.
- Utilice los servicios de mensajería instantánea con precaución.
- Actúe con profesionalismo.
- Tenga en cuenta las políticas de redes sociales establecidas por los empleadores.
- Tenga en cuenta cómo serán percibidas la publicidad y la autopromoción por los demás.
- Utilice hashtags de ontologías específicas de enfermedades para una comunicación en línea estructurada.
Cabe destacar que el Comité de Difusión (DC) de la Oficina de Guías de la EAU (GO) ha publicado recientemente su estrategia para mejorar la visibilidad y la difusión de las guías de la EAU con el fin de implementarlas con éxito en todo el mundo.20 El DC ha conseguido adaptarse e interactuar con un amplio abanico de audiencias utilizando Twitter, Facebook y, más recientemente, Instagram como medio, maximizando así su alcance. La GO de la EAU también está en proceso de desarrollar pódcast, que implicarán a miembros del panel presentando las recomendaciones de las guías y fomentando el debate en un formato de preguntas y respuestas.21 Esto será sin duda una herramienta inestimable para los clínicos ocupados, que pronto podrán escuchar las nuevas recomendaciones sobre la marcha.
Finalmente, la Asociación Americana de Urología (AUA) publicó un documento con siete ‘mejores prácticas’, diseñado para ofrecer orientación y consejos para utilizar de forma eficaz las redes sociales en el ámbito de la urología.22 Las directrices fueron las siguientes:
- Sea profesional
- Proteja la confidencialidad
- Permita la interacción
- Sea cortés
- Actúe con discreción
- Apoye la identidad de la AUA
- Sea reflexivo
Si bien las redes sociales continúan siendo un área emocionante y novedosa de comunicación digital para los clínicos, existen riesgos y es imperativo que comprendamos los límites del profesionalismo para evitar problemas. Cumplir con las directrices, como las descritas anteriormente, sin duda ayudará a los profesionales de la salud que publican contenido en estas plataformas y evitará cualquier riesgo de sanción disciplinaria por conducta indebida.19
Twitter, una plataforma de redes sociales con 330 millones de usuarios lanzada en 2006, permite a los usuarios publicar mensajes de hasta 280 caracteres conocidos como ‘tuits’.18 Su uso en medicina incluye la investigación, los clubes de revistas en línea, el apoyo en línea para los pacientes y debates sobre la atención clínica.23,24,25 El uso de Twitter en el campo de la urología está bien documentado.18 Wilkinson et al analizaron el uso de la aplicación en diversas conferencias urológicas para mejorar la experiencia en redes sociales.26 Descubrieron que, a lo largo de ocho conferencias de urología distintas en 2013, se enviaron 12,363 tuits, generando un total de más de 14 millones de impresiones. Casi diez años después, estas cifras sin duda se han multiplicado, aumentando exponencialmente el alcance global y la participación internacional. Del mismo modo, muchas revistas académicas de urología han recurrido a Twitter para promocionar y resaltar artículos de revista significativos ante los lectores.27,28 Cardona-Grau et al se propusieron evaluar el alcance e influencia académica que estas revistas tienen en el ámbito de las redes sociales, mediante el desarrollo del factor de impacto de Twitter (TIF).27 Esta herramienta incorpora el número de seguidores, tuits y retuits que tiene una revista determinada, para proporcionar una puntuación que sirve como alternativa al factor de impacto convencional de las revistas (JIF). Thangasamy et al describieron su experiencia de doce meses con el International Urology Journal Club, el primer journal club internacional llevado a cabo en Twitter.29 El club consistía en la discusión mensual de un artículo publicado recientemente, atrayendo a 189 usuarios únicos de diecinueve países en seis continentes. Los autores concluyeron que el uso de las redes sociales en este contexto era una alternativa viable y sostenible, que permitía a residentes de urología y especialistas de múltiples centros de todo el mundo reunirse y debatir artículos de interés.
Facebook, un sitio de redes sociales lanzado en 2007, se ha utilizado en la medicina y específicamente en el campo de la urología por muchas razones, incluyendo el establecimiento de redes de grupos de médicos, el reclutamiento para ensayos clínicos y la difusión de información para campañas de concienciación de pacientes.18 Borgmann et al realizaron un estudio de viabilidad para evaluar la eficacia de una campaña profesional sobre la criptorquidia utilizando anuncios de Facebook.30 Con una inversión de €7,500, la campaña generó 2,511,923 impresiones, 7,369 sesiones de la página de inicio y 1,086 descargas del folleto, lo que demuestra que sitios de redes sociales como Facebook constituyen una plataforma eficaz para campañas como la anterior. A pesar del potencial que Facebook ofrece al campo de la urología, la plataforma también se ha utilizado para exponer al público comportamientos personales potencialmente no profesionales.30 Koo et al analizaron las cuentas de Facebook de 281 egresados de residencias de urología de EE. UU. en busca de contenido no profesional.30 El 72% de los egresados tenía perfiles públicamente identificables y el 13% tenía perfiles que contenían comportamiento explícitamente no profesional, incluyendo embriaguez, lenguaje soez sin censura, conducta ilegal o la exhibición de información confidencial de pacientes. Es evidente que es esencial una mayor conciencia de nuestras identidades en línea, para evitar implicaciones para la educación y las competencias de profesionalismo.
YouTube está bien establecido en el campo de la urología para la educación de pacientes y médicos mediante la creación y publicación de videos.18 En 2017, Siegel et al midieron la tasa de uso de diversos recursos de redes sociales dentro de la comunidad del cáncer de próstata (PCa) y encontraron 536 videos que sumaban 43,866,634 visualizaciones, 52,655 ‘me gusta’ y 12,393 comentarios.31 Estos videos eran principalmente de naturaleza educativa y de apoyo, pero también incluían experiencias personales de pacientes con la enfermedad. El cribado, las pruebas del antígeno prostático específico (PSA) y la prostatectomía asistida por robot figuraban entre los temas tratados. Los autores demostraron que la utilización de las redes sociales dentro de la comunidad de PCa es alta y que, en particular, se interactuó más con YouTube que con sus contrapartes (Facebook, Twitter e Instagram). Borgmann et al utilizaron YouTube para cuantificar el interés del público y el académico en urología, con la hipótesis de que existiría una discrepancia entre el interés del público y el académico para diversas enfermedades y tratamientos urológicos.32 Sus resultados demostraron un alto interés del público en la eyaculación precoz, el cáncer testicular y la disfunción eréctil, mientras que el tema con mayor interés académico fue el cáncer de próstata, lo que confirmó su hipótesis, la cual sin duda tiene implicaciones para futuras estrategias de investigación, planificación de congresos y proyectos de información para pacientes. Con el aumento de la desinformación, Loeb et al se propusieron caracterizar la calidad de las publicaciones educativas sobre cáncer de vejiga en la plataforma para compartir videos.33 Los autores revisaron los primeros 150 videos sobre ‘cáncer de vejiga’ y evaluaron cada uno en busca de elementos de desinformación, revelando niveles moderados a altos en el 21% de los videos evaluados. Utilizando el instrumento validado DISCERN, se demostró que el 67% de los videos contenían información de calidad de moderada a deficiente, y se observó un sesgo comercial elevado en el 17%. Este estudio demostró que, si bien existen varios videos educativos sobre cáncer de vejiga de buena calidad, gran parte del contenido relacionado con este tema en YouTube es de mala calidad y supone un riesgo de exposición a la desinformación. Selvi et al sugirieron varios métodos para superar este riesgo, entre ellos proporcionar a los pacientes información exhaustiva y de alta calidad en el momento del diagnóstico, así como que los profesionales sanitarios recomienden canales de YouTube gestionados por organizaciones sanitarias internacionales o nacionales, como la Asociación Europea de Urología (EAU).34
Instagram, una aplicación para compartir fotos y videos lanzada en 2010, no es una excepción a la difusión de información errónea.35 Xu et al buscaron publicaciones usando el hashtag #prostatecancer en 2020, examinando una combinación de publicaciones de videos e imágenes y evaluando su calidad mediante herramientas validadas.35 Si bien previamente se había establecido la presencia de contenido educativo sobre el cáncer de próstata en Instagram, la calidad de la información compartida aún no se había caracterizado.31 El estudio demostró que el 90% del contenido examinado era de calidad baja a moderada (puntuación DISCERN <4) y el 40% contenía niveles moderados a altos de información errónea. Este es el primer estudio que evalúa la calidad del contenido relacionado con un trastorno urológico y destaca la importancia de proceder con cautela al buscar información de salud en plataformas de redes sociales como Instagram.
TikTok es una aplicación de redes sociales que permite a sus 1.100 millones de usuarios crear videos cortos con el potencial de llegar a millones de usuarios en todo el mundo.36 Si bien la mayoría de estos videos son únicamente de entretenimiento, la plataforma se utiliza cada vez más como medio para buscar o proporcionar información médica.37 Se ha demostrado que TikTok tiene un alcance más amplio y diverso que sus homólogas basadas en seguidores, como Instagram o Twitter, lo que permite la amplia difusión de información a usuarios de todos los grupos de edad y procedencias.38 Con hasta un 96% de los padres que reconocen usar las redes sociales para educación sanitaria, es imperativo evaluar la calidad del contenido que se publica en estas aplicaciones para garantizar la seguridad de los pacientes.39 O’Sullivan et al evaluaron la veracidad de la información sobre varias afecciones pediátricas comunes comparando el contenido de los videos con las guías proporcionadas por la EAU.10 Las afecciones evaluadas incluyeron enuresis nocturna, reflujo vesicoureteral, hipospadias y torsión testicular. Los autores encontraron información verídica respaldada por la EAU en solo el 22,2% de los videos analizados, y varios videos aconsejaban terapias que podrían resultar perjudiciales para el usuario. Este estudio demostró el potencial de utilizar TikTok como recurso de información sanitaria; sin embargo, son necesarias medidas regulatorias adicionales para prevenir la propagación de desinformación entre los pacientes.
Puntos clave
- Muchos adultos jóvenes recurren a las aplicaciones de redes sociales como su fuente principal de información sanitaria.
- Los profesionales sanitarios ahora tienen la capacidad de compartir información, promover comportamientos saludables e interactuar con el público mediante el uso de aplicaciones de redes sociales, brindando información sanitaria accesible y muy necesaria a un gran número de usuarios.
- El campo de la urología es una de las especialidades pioneras en aprovechar las oportunidades que brindan las redes sociales para la educación y el intercambio global de información relacionada con los trastornos urológicos
- Se han elaborado diversas guías, como las descritas por la BJUI y la EAU, para ayudar a los profesionales sanitarios a interactuar con las redes sociales de manera responsable y a presentarse profesionalmente al hacerlo.
- El aumento en la adopción de la formación sobre redes sociales por parte de los profesionales sanitarios del ámbito de la urología, junto con la introducción de medidas regulatorias para prevenir la desinformación, permitirá la producción de contenidos basados en la evidencia para educar a los pacientes sobre sus afecciones y las posibles opciones de tratamiento.
Conclusiones
El uso de las redes sociales ha aumentado exponencialmente en la última década, y muchos profesionales de la salud utilizan ahora estas plataformas con fines de investigación, para clubes de revistas en línea, para debates sobre la atención al paciente y para proporcionar al público información accesible y de alta calidad sobre sus afecciones y opciones de manejo.1,2,23 Se han elaborado diversas directrices, como las descritas por la BJUI y la EAU, para ayudar a los profesionales de la salud a interactuar con las redes sociales de forma responsable y a presentarse profesionalmente al hacerlo.18,19,22 El uso de las plataformas de redes sociales está bien descrito en el ámbito de la urología; sin embargo, es evidente que queda trabajo por hacer para mejorar el contenido y combatir la propagación de la desinformación.10 El aumento de la formación en redes sociales entre los profesionales de la salud del ámbito de la urología, combinado con la introducción de medidas regulatorias para prevenir la desinformación, permitirá la producción de contenido basado en la evidencia para educar a los pacientes sobre sus afecciones y posibles opciones de tratamiento.
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Última actualización: 2025-09-21 13:35