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  1. Department of Pediatric Surgery, Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna, Santiago, Chile
  2. Department of Pediatric Surgery, Clinica Alemana, Santiago, Chile
  3. Universidad de Chile, Santiago, Chile

Introducción

El cáncer pediátrico se define como una enfermedad rara, que representa menos del 1 % de todos los cánceres diagnosticados en Estados Unidos. Sin embargo, es una de las principales causas de muerte en niños y adolescentes.1 En las últimas cuatro décadas, ha habido un aumento continuo en la incidencia de los cánceres que se presentan en menores de 15 años.2

La probabilidad de sobrevivir a un diagnóstico de cáncer infantil depende del país en el que vive el niño: en los países de ingresos altos, más del 80% de los niños con cáncer se curan, pero en muchos países de ingresos bajos menos del 30% se curan.3 Una elevada proporción de los supervivientes de cáncer son individuos con alto riesgo de experimentar efectos adversos agudos, crónicos y tardíos, graves, incapacitantes y potencialmente mortales, del cáncer y su tratamiento.4

Los cánceres que ocurren entre los de 0–17 años reflejan un grupo heterogéneo de enfermedades con características biológicas, genéticas y demográficas únicas. Además, la clasificación y la categorización de los cánceres infantiles están en constante evolución con la aparición de nuevos conocimientos relacionados con las características moleculares, patológicas y pronósticas de este diverso grupo de neoplasias. En conjunto, las leucemias, los linfomas y los cánceres del sistema nervioso central representan el 70 por ciento de los casos de cáncer en este rango de edad.1

Atención multidisciplinaria—lo viejo vuelve a ser nuevo

Para tratar eficazmente el cáncer en niños, con frecuencia se requiere la participación de numerosas profesiones sanitarias distintas, lo que entraña el riesgo de una comunicación deficiente y una coordinación asistencial ineficaz. Estos profesionales implicados en la atención oncológica de un paciente conforman el equipo de oncología, conocido como equipo multidisciplinario (MDT), definido como un enfoque integrado de la atención sanitaria en el que médicos y profesionales sanitarios afines elaboran conjuntamente un plan de tratamiento individualizado para cada paciente, teniendo en cuenta todas las opciones terapéuticas adecuadas.

En oncología, la idea de un MDT no es nueva. En los últimos 50 años, han existido comités de tumores en Estados Unidos. Sin embargo, hasta hace poco, mejorar la atención al paciente era una prioridad menor que la educación. Una tendencia hacia la atención oncológica basada en la comunidad en Estados Unidos durante la década de 1980 impulsó la creación de comités de tumores, que facilitaron el intercambio de información entre los médicos participantes y mejoraron el estándar de atención.5

En muchos sistemas de salud, la atención oncológica multidisciplinaria todavía se denomina comités de tumores, conferencias oncológicas multidisciplinarias, revisiones multidisciplinarias de casos o clínicas multidisciplinarias. Según la población a la que atienden, estos equipos multidisciplinarios y clínicas generalmente se centran en órganos o tumores específicos. Estas reuniones suelen celebrarse semanalmente en los grandes hospitales; pero, en centros más pequeños, pueden celebrarse mensualmente o conectarse mediante videoconferencia con centros oncológicos de mayor tamaño para reuniones periódicas.

Se han respaldado las reuniones periódicas como un medio para lograr esto, a fin de garantizar que todos los pacientes reciban diagnóstico y tratamiento oportunos, que el manejo de los pacientes esté basado en la evidencia y que exista continuidad de la atención. En Chile, en 1988 se publicó un Plan Nacional de Cáncer que avaló el modelo de equipo multidisciplinario para el manejo de los pacientes con cáncer.

El MDT ha sido reconocido como un facilitador crucial en la prestación de atención y tratamiento de alta calidad para los pacientes con cáncer. El enfoque de las reuniones de MDT se centra en la toma de decisiones colaborativa y la planificación del tratamiento, en las que los miembros fundamentales del equipo de las especialidades pertinentes asisten a las reuniones para compartir su experiencia y formular recomendaciones grupales para el manejo del paciente que estén respaldadas por la mejor evidencia científica disponible.

Los estudios en población adulta han demostrado que las decisiones de MDT mejoran la adherencia a las recomendaciones basadas en la evidencia y conducen a cambios en el diagnóstico del cáncer y en los regímenes de tratamiento en los nuevos casos de cáncer.6 Además, se ha demostrado una excelente satisfacción de los pacientes con el uso de los MDT.7

Evidencia que respalda el papel de Mdt

Aunque la evidencia que vincula el enfoque de equipo multidisciplinario (MDT) con una mayor supervivencia no se ha establecido con claridad, los datos recientes parecen respaldar la asociación entre dicho enfoque y una mejora de la supervivencia en el cáncer hepático pediátrico en nuestro país. Los médicos en formación tienen una gran oportunidad de discutir situaciones específicas en las reuniones. Los miembros del equipo de salud se comunican y comparten información, especialmente entre los especialistas hospitalarios y los médicos de atención primaria, para mejorar la derivación y la atención continua.

Los oncólogos médicos, los oncólogos ortopédicos, los oncólogos pediátricos, los cirujanos de cabeza y cuello, los radiólogos diagnósticos e intervencionistas, los radioterapeutas, los patólogos y las enfermeras y los enfermeros suelen ser los componentes fundamentales del equipo oncológico multidisciplinario.

Otros miembros involucrados en el MDT son: 1. Médicos y enfermeras de cuidados paliativos, actualmente denominados equipo de cuidados de soporte, cuya función es prevenir y tratar los síntomas y los efectos secundarios del cáncer y de su tratamiento. 2. Farmacéuticos clínicos en oncología, expertos en protocolos farmacológicos, administración de fármacos, ajuste de dosis, interacciones y efectos adversos. 3. Profesionales de la salud mental, como psiquiatras, psicólogos y consejeros certificados. 4. Terapeutas de rehabilitación, como fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, del habla o recreativos. 5. Trabajadores sociales en oncología, que conectan a las personas con recursos de apoyo financiero y otros recursos prácticos. 6. Consejeros genéticos, un componente crucial de la planificación moderna del tratamiento del cáncer y del riesgo familiar de cáncer.

Dependiendo del tipo de tumor y del servicio de salud, la composición del equipo varía. En nuestro país, el oncólogo pediatra asiste a la conferencia con información del paciente y sus inquietudes. En Estados Unidos y en países europeos, este rol recae en enfermeros de práctica avanzada o asistentes médicos.

De acuerdo con la etapa del manejo del cáncer, todos los profesionales de la salud presentan sus puntos de vista, se llevan a cabo discusiones y las recomendaciones se establecen y se documentan en la historia clínica del paciente. Un miembro adecuado del equipo asistencial da seguimiento a todas las recomendaciones con los padres del paciente una vez concluida la reunión.

Al implementar el trabajo del equipo multidisciplinario, podrían surgir varios obstáculos importantes, entre ellos la falta de tiempo, la escasez de recursos de personal y una casuística reducida. También deben abordarse los problemas relacionados con las estructuras jerárquicas y la participación desigual en la toma de decisiones. Para evitar la marginación de los miembros del equipo y una mala toma de decisiones, las reuniones eficaces deben complementarse con un liderazgo eficaz. El equipo debe alcanzar un acuerdo de respeto mutuo por las creencias de los demás, valorando las diferentes opiniones y fomentando el debate constructivo, representando los puntos de vista del paciente y los aspectos psicológicos de la atención.

Aunque la necesidad de contacto interprofesional es universalmente reconocida, existen opiniones divergentes respecto a los beneficios relativos de las reuniones multidisciplinarias formales frente a las reuniones no oficiales de profesionales cuando surge la necesidad.

Existe escasa información en la literatura sobre el impacto en la supervivencia de las reuniones de MDT, y aunque ya están ampliamente aceptadas como la norma en muchos sistemas de salud, lo que hace improbable que existan estudios controlados aleatorizados al respecto, algunos clínicos han expresado preocupación por los efectos negativos que estas reuniones pueden tener en los médicos en formación que asisten a estas reuniones de manera puramente pasiva.8 También se han expresado preocupaciones sobre el papel cada vez menor de los pacientes en estas reuniones y la posibilidad de que sus preferencias y puntos de vista no queden completamente representados, sin dar a los pacientes la oportunidad de considerar plenamente todas sus opciones disponibles.

Papel de los sistemas de apoyo a la decisión clínica

¿Existe un papel para los sistemas de apoyo a la decisión clínica (CDSS) en la atención oncológica pediátrica? Los CDSS pueden definirse como ‘‘sistemas diseñados para ser una ayuda directa a la toma de decisiones clínicas en los que las características de un paciente individual se hacen corresponder con una base de conocimientos clínicos informatizada, y luego se presentan al(los) clínico(s) y/o al paciente evaluaciones o recomendaciones específicas para el paciente para la toma de una decisión’’.9

Los registros médicos electrónicos (EMRs) podrían ayudar al equipo multidisciplinario (MDT) de cáncer con cuestiones organizativas y administrativas como la planificación, la recopilación de datos, la presentación y la documentación uniforme de las decisiones. Sin embargo, el uso de un CDSS apoya una toma de decisiones centrada en el paciente y basada en la evidencia, evaluando todos los datos del paciente en tiempo real, incluidas las comorbilidades, y proporciona alertas, recordatorios y recomendaciones de manejo, generando recomendaciones en tiempo real específicas para el paciente.10

Es importante enfatizar que los CDSS por lo general solo recomiendan el mejor plan de manejo, exponiendo el razonamiento médico y la documentación e investigación pertinentes que lo respaldan; los miembros del MDT son, por supuesto, en última instancia, responsables de tomar la decisión.

Además, el CDSS permite a los profesionales de la salud y a los estudiantes de medicina procesar casos y comparar sus propias conclusiones con las sugerencias y los datos de respaldo.

Asimismo, el módulo orientado al paciente de un sistema de CDS puede dar a los pacientes acceso y explicaciones sobre las recomendaciones clínicas de la manera adecuada, ayudándoles a comprender el fundamento de las terapias recomendadas y permitiéndoles tomar decisiones mejor informadas.

Conclusiones

Como conclusión, la atención oncológica ha avanzado mucho, desde la toma de decisiones por parte de un único médico, pasando por foros en los que se presentaban casos interesantes, hasta reuniones de MDT para el manejo cotidiano de los pacientes con cáncer.

Nuevas investigaciones deberían dirigirse a investigar mejores métodos para apoyar estas reuniones clave de planificación de la atención, con una alta carga de trabajo. Una tecnología avanzada de apoyo a la toma de decisiones promete un sistema operacional transparente que respalde la toma de decisiones de los MDTs en todo el mundo.11

Referencias

  1. Steliarova-Foucher E, Colombet M, Ries LAG, Hesseling P, Moreno F, Shin HY. Stiller CA, editors. International incidence of childhood cancer. 2017; Iii (electronic version). DOI: 10.1002/ijc.2910420408.
  2. Accis. Brill’s New Pauly 1991; 9 (9): 159–1169. DOI: 10.1163/1574-9347_bnp_e101580.
  3. Siegel RL, Miller KD, Statistics JAC. Cancer Statistics, 2020. 2020; 70 (1): 7–30. DOI: 10.3322/caac.21590.
  4. Gibson TM, Mostoufi-Moab S, Stratton KL, Leisenring WM, Barnea D, Chow EJ, et al.. Temporal patterns in the risk of chronic health conditions in survivors of childhood cancer diagnosed. 1970; 9 (12): 590–1601.
  5. Gross GE. The Role of the Tumor Board In a Community Hospital. CA Cancer J Clin 1987; 37 (2): 88–92. DOI: 10.3322/canjclin.37.2.88.
  6. Coory M, Gkolia P, Yang IA. Systematic review of multidisciplinary teams in the management of lung cancer. Lung Cancer. 2008;60:14-21. . DOI: 10.1016/j.lungcan.2008.01.008.
  7. Vinod SK, Sighom MA, Delaney GP. Do multidisciplinary meetings follow guideline-based care? J Oncol Practice. 2010; 6: 76–281. DOI: 10.1200/jop.2010.000019.
  8. Sharma RA, Shah K, Glatstein E. Multidisciplinary team meetings: what does the future hold for the flies raised in Wittgenstein’s bottle? The Lancet Oncology. 2009; 0 (2): 8–99. DOI: 10.1016/s1470-2045(09)70006-3.
  9. Sim PG, Greenes R, Haynes R, Kaplan B, Lehmann H. Clinical decision support systems for the practice of evidence-based medicine. J Am Med Inform Assoc, 8 (6) (2001. DOI: 10.1136/jamia.2001.0080527.
  10. Fox J, Patkar V, Chronakis I, Begent R. From practice guidelines to clinical decision support: closing the loop. Journal of the Royal Society of Medicine. 2009; 02 (11): 64–473.
  11. Sutton RT, Pincock D, Baumgart DC, Sadowski DC, Fedorak RN, Kroeker KI. An overview of clinical decision support systems: benefits, risks, and strategies for success. NPJ Digit Med 2020; 3 (1). DOI: 10.1038/s41746-020-0221-y.

Última actualización: 2025-09-25 12:10