11: Manejo de la infección del tracto urinario
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Introducción
Las infecciones del tracto urinario son un problema frecuente en los niños y constituyen una de las infecciones de origen bacteriano más habituales en los menores de 2 años de edad. La infección del tracto urinario (ITU) se define como la colonización del tracto urinario, desde la vejiga hasta el parénquima renal, por microorganismos patógenos, con frecuencia bacterias, asociada a leucocituria y síntomas variables, como veremos a continuación.
Epidemiología
La incidencia de ITU es difícil de estimar porque varía según diferentes variables como la edad. En el primer año de vida, es más común en los niños (3.7%), en comparación con las niñas (2%). Esta incidencia empieza a invertirse y, en niños de 2 años en adelante, las niñas presentan una prevalencia de ITU de dos a cuatro veces mayor que la de los varones circuncidados.1
La prevalencia de la ITU varía según la edad, el sexo y la presencia o no de circuncisión. La mayor prevalencia se observa en lactantes de menor edad, en niñas y en niños no circuncidados. Por último, existe una alta tasa de recurrencia de ITU en los niños (12–30%), especialmente en aquellos con factores de riesgo como primera ITU antes de los 6 meses, antecedentes familiares de ITU, reflujo vesicoureteral dilatado (VUR) y disfunción vesical e intestinal. El objetivo del diagnóstico precoz y del tratamiento adecuado es prevenir la recurrencia de ITU, diagnosticar oportunamente las malformaciones del tracto urinario y evitar complicaciones a largo plazo como hipertensión arterial, cicatrices renales y deterioro de la función renal.2
Patogénesis y Etiología
La patogénesis de la ITU resulta de la interacción entre factores del huésped, así como de las propiedades de virulencia de los patógenos causales. Una ITU se debe con mayor frecuencia al ascenso de bacterias desde el periné hacia el tracto urinario, pero la diseminación hematógena también desempeña un papel, particularmente en la patogénesis de la pielonefritis.3 Las bacterias también pueden introducirse iatrogénicamente con la instrumentación del tracto urinario en cirugía; o con catéteres y stents dentro del sistema urinario.
La infección ascendente del tracto urinario es un proceso complejo que se ha asociado con propiedades de adhesión, virulencia y motilidad bacterianas, así como con factores anatómicos, humorales y genéticos del huésped.4
El agente etiológico que con mayor frecuencia causa ITU es Escherichia coli, correspondiente al 80–90% de los casos en niños. Otros uropatógenos gramnegativos son Klebsiella, Proteus, Pseudomonas, Enterobacter y Citrobacter spp. Entre los patógenos grampositivos se encuentran Staphylococcus epidermidis, especies de Enterococcus y, con muy baja frecuencia, Staphylococcus aureus. La mayoría de los patógenos se originan en la flora fecal y ascienden desde el periné hacia la uretra y la vejiga.5
Clasificación de las infecciones del tracto urinario
Existen distintos sistemas de clasificación según la localización, el episodio, la gravedad, los síntomas y los factores complicantes. Los conceptos más importantes son:6,7
Infección del tracto urinario inferior o cistitis, que es la infección de la vejiga y la uretra. Los síntomas suelen ser más típicos debido a la inflamación local de la vejiga e incluyen disuria, polaquiuria, urgencia miccional, hematuria, incontinencia y, en ocasiones, dolor hipogástrico. Suele ser más frecuente en pacientes de sexo femenino y en mayores de 2 años.
La infección del tracto urinario superior o pielonefritis aguda (APN) corresponde a una infección del tracto urinario que compromete el parénquima renal, generando inflamación del tejido renal. Su síntoma cardinal es la fiebre mayor o igual a 38º C. Los síntomas en niños más pequeños suelen ser inespecíficos, presentando irritabilidad, vómitos, letargo, compromiso del estado general además de fiebre. En niños mayores es más frecuente encontrar síntomas urinarios clásicos, dolor abdominal y dolor lumbar. En algunas ocasiones puede presentarse como fiebre sin foco.
La bacteriuria asintomática (BA) se define como la colonización del tracto urinario por bacterias sin generar inflamación secundaria. Estos pacientes no presentan síntomas clínicos, su análisis de orina completo no muestra marcadores inflamatorios, pero el urocultivo es positivo. La mayoría se resuelve de forma espontánea y carece de significado clínico.
La ITU recurrente se define como tres o más episodios de ITU baja, dos o más episodios de APN, o un episodio de pielonefritis aguda más una ITU baja en el transcurso de un año.
La ITU atípica o complicada corresponde a una ITU alta que evoluciona en forma tórpida. Suelen estar presentes otros elementos que sugieren alteraciones anatómicas y funcionales del tracto urinario. Por ejemplo, falta de respuesta al tratamiento antibiótico a las 48 horas, infección por un germen distinto de E. coli, sepsis, aumento de la creatininemia, retención urinaria y chorro urinario débil. Requiere manejo y estudio individualizados.
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas en la ITU son variadas y pueden volverse muy inespecíficas, particularmente en lactantes y preescolares. Por lo tanto, en todos los niños con fiebre sin un foco claro, es necesario considerar descartar una infección urinaria.8 Los recién nacidos suelen debutar con urosepsis. El paciente suele estar gravemente comprometido, letárgico, irritable y se niega a comer. Puede o no presentar fiebre. Los síntomas son inespecíficos, por lo que la sospecha del clínico es tremendamente relevante.6 Los síntomas en los lactantes no son muy diferentes; sin embargo, tienden a ser menos graves, con menor compromiso séptico. Suelen presentar fiebre, letargia, irritabilidad, vómitos y dolor abdominal. Solo en los preescolares y niños mayores aparecen síntomas urinarios como disuria, polaquiuria y urgencia miccional. Pueden referir dolor abdominal e incontinencia de reciente inicio. Cuando hay compromiso del tracto urinario superior, pueden referir dolor en el flanco y dolor a la palpación en el examen físico. Cuando hay compromiso del parénquima renal, también presentan fiebre, compromiso del estado general y vómitos. Los lactantes con ITU recurrentes a menudo presentan curvas de crecimiento deficientes e incluso pérdida de peso.9
Al evaluar a un paciente con sospecha de infección urinaria, deben considerarse los factores predisponentes de ITU en niños:10
Edad
La prevalencia de ITU es mayor en niños menores de 2 años y en niñas menores de 4 años.
Género
Las pacientes de sexo femenino presentan una prevalencia de ITU entre 2 y 4 veces mayor que los pacientes de sexo masculino.
Circuncisión
Los lactantes varones no circuncidados con fiebre tienen una prevalencia de ITU de 4 a 8 veces mayor que los niños circuncidados. La superficie mucosa del prepucio no circuncidado facilita más la adhesión de especies bacterianas uropatógenas que la piel queratinizada de un pene circuncidado.11,12
Genética
Los factores genéticos también influyen en la aparición de ITU y predisponen a algunos niños a desarrollar cicatrización renal después de una infección del tracto urinario superior.13
Patología urinaria obstructiva
Las obstrucciones urinarias, ya sean anatómicas, funcionales o neurogénicas, predisponen a la estasis urinaria y favorecen el desarrollo de ITU.
Reflujo vesicoureteral
Los niños con RVU dilatado presentan un alto riesgo de ITU recurrente. Existe una estrecha relación entre reflujo vesicoureteral, pielonefritis y cicatrices renales que está en permanente discusión y revisión. Hemos pasado de afirmar una relación de causa – efecto muy directa entre el reflujo, las ITU y el daño renal a comprender que el RVU sigue siendo un factor de riesgo, pero no es suficiente para el desarrollo de cicatrices renales.14
Disfunción vesical e intestinal
Hasta el 40 por ciento de los niños con control de esfínteres con su primera ITU y el 80 por ciento de los niños con ITU recurrentes presentan síntomas de disfunción vesical e intestinal cuando se les interroga en detalle. La disfunción vesical e intestinal también es un factor de riesgo de reflujo vesicoureteral persistente, cicatrices renales e ITU recurrentes.15
Cateterismo vesical e instrumentación del tracto urinario
El riesgo de infección del tracto urinario aumenta con una mayor duración de la cateterización vesical.
Actividad sexual
Se ha demostrado la asociación entre la actividad sexual y la ITU en mujeres.
Microbioma
Se está investigando el microbioma del tracto urinario como factor predisponente de la infección del tracto urinario (ITU). La urobiota ayuda a mantener la homeostasis vesical en términos de mantener la integridad del epitelio del tracto urinario, proteger frente a infecciones y promover el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Las alteraciones de la “urobiota normal” se han asociado con enfermedades urológicas como las infecciones del tracto urinario, la incontinencia, la vejiga hiperactiva, la urolitiasis y el cáncer de próstata o de vejiga. Esto significa que la disbiosis tiene un papel importante en la evolución a largo plazo de las ITU.16
Evaluación y diagnóstico
Dada la sospecha diagnóstica de ITU, se debe solicitar un examen general de orina y un urocultivo. La confirmación diagnóstica se realiza mediante un urocultivo positivo y el número de unidades formadoras de colonias (UFC) presentes en el cultivo. Existen métodos de recolección no invasivos como la muestra obtenida con bolsa recolectora, la recolección de chorro medio de orina, y métodos invasivos como el cateterismo transuretral y la aspiración vesical suprapúbica. La muestra por bolsa recolectora tiene una alta tasa de contaminación (más del 70% de falsos positivos), por lo que cuando un urocultivo es positivo, lo más apropiado es confirmar el diagnóstico tomando una nueva muestra. Cuando el resultado es negativo, permite descartar ITU. Se recomienda la toma de muestra por chorro medio en niños con control de esfínteres.17,18 En los niños sin control de esfínteres, el método recomendado es el cateterismo transuretral. Cuando esto no sea posible, la alternativa es la aspiración vesical suprapúbica, idealmente bajo visión ecográfica directa.6 Sea cual sea el método elegido, la toma de la muestra requiere varios pasos que reducen el riesgo de contaminación. Por ejemplo, el lavado de los genitales con agua y jabón, sin antisépticos. La muestra debe analizarse lo antes posible (orina fresca), si esto no es posible debe mantenerse refrigerada a 2–8˚C por un tiempo máximo de 24 horas.
Considerando que el urocultivo requiere al menos 18 horas de incubación para informar el crecimiento bacteriano, podemos respaldar la sospecha clínica observando el análisis químico y microscópico de la muestra de orina. El estudio químico puede mostrar leucocituria y nitritos positivos.19
El examen microscópico es positivo (piuria) cuando hay más de ≥5 leucocitos/campo de gran aumento o ≥10 leucocitos/mm3 en orina no centrifugada. La ITU se define mejor como bacteriuria significativa por un uropatógeno clínicamente relevante en un paciente sintomático.6 La piuria está presente en la mayoría de los casos. Sin embargo, en aproximadamente el 10–20 por ciento de los niños con ITU, la piuria puede estar ausente.20
La positividad del cultivo de orina depende del método de recolección y del número de unidades formadoras de colonias por mililitro.21
- 50,000 UFC/mL para muestras obtenidas por cateterismo
- 100,000 UFC/mL para muestras obtenidas por recolección limpia de chorro medio
- 1,000 UFC/mL para muestras obtenidas por aspiración suprapúbica
En aquellos casos en los que exista duda o desacuerdo entre estos elementos diagnósticos, pruebas complementarias como la gammagrafía renal con ácido dimercaptosuccínico (DMSA) o la ecografía Doppler renal pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.14
Estudios complementarios
El objetivo de los estudios de imagen en la ITU es diagnosticar anomalías del tracto urinario que puedan predisponer a nuevas infecciones del tracto urinario y, por lo tanto, a daño del parénquima renal. Actualmente, no existe consenso sobre los estudios de imagen que deben realizarse en niños que presentan un episodio de ITU. Las recomendaciones se basan en consenso de expertos o en un nivel bajo de evidencia. En general, se prefiere realizar solo las pruebas necesarias, idealmente menos invasivas y con menor exposición a la radiación.
Ecografía renal y vesical
Se utiliza para detectar anomalías anatómicas como la dilatación del sistema colector, la posición y el tamaño renales, riñones dúplex, así como anomalías vesicales. Permite evaluar el parénquima renal, la presencia de cicatrices renales, la diferenciación cortico-medular, etc.
En general, se realiza una ecografía renal y vesical a todos los pacientes después de la primera pielonefritis, independientemente de la edad del paciente. Esto se realiza a las 6–8 semanas tras el episodio.
Las indicaciones para realizar una ecografía temprana, durante el episodio de ITU, son los pacientes con ITU atípica y los menores de 6 meses con ITU recurrente.
En pacientes con alteraciones ecográficas, se recomienda repetirla una vez al año.
Limitaciones: Es dependiente del operador. Depende del estado de hidratación del paciente y tiene baja sensibilidad para detectar reflujo vesicoureteral.14
Gammagrafía con ácido dimercaptosuccínico
Este estudio identifica defectos del parénquima renal que corresponden a cicatrices renales. En la fase aguda de un episodio de ITU, puede ser diagnóstico de infección; sin embargo, no está indicado en esta fase.
- ITU atípica en niños menores de 3 años de edad.
- ITU recurrente en cualquier paciente, independientemente de la edad.
- En pacientes en los que la ecografía renal y vesical sugiera cicatrices renales.
Limitaciones: Disponibilidad limitada (no todos los hospitales cuentan con unidades de Medicina Nuclear), dosis bajas de radiación, pero acumulativas.
Cistouretrografía miccional
Este es el estándar de oro para la confirmación diagnóstica y la clasificación del reflujo vesicoureteral.
- ITU en niños menores de 3 años con alteraciones en la ecografía renovesical tales como dilatación del sistema colector, cicatrices renales, alteraciones vesicales o pacientes con antecedente familiar de RVU.
- ITU recurrente en niños menores de 3 años.
- ITU atípica en niños menores de 6 meses.
Limitaciones: Altas dosis de radiación, es un examen invasivo y no puede realizarse en un paciente con ITU, debe realizarse con un análisis de orina normal y bajo profilaxis antibiótica.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento de la ITU son básicamente tres: erradicar la infección, lograr la mejoría clínica del paciente y minimizar las complicaciones a largo plazo, es decir, prevenir el daño renal. Las medidas generales incluyen una hidratación adecuada y el manejo del dolor o la fiebre.
El tratamiento antibiótico empírico debe iniciarse mientras se esperan los resultados de los cultivos. En pacientes con uroprofilaxis no se recomienda utilizar el mismo antibiótico empleado para la profilaxis.
- ITU del tracto urinario inferior: cefalosporina de 1.ª generación durante 3 a 5 días.
- ITU del tracto urinario superior: puede administrarse por vía oral o parenteral, según las condiciones clínicas y la edad del paciente.6 Las alternativas de tratamiento antibiótico empírico en el caso de un paciente ambulatorio deberían ser una cefalosporina de 2.ª o 3.ª generación (tratamiento oral); amikacina o ceftriaxona pueden indicarse cada 24 horas IV. En pacientes hospitalizados, puede administrarse amikacina como 1.ª elección. Las alternativas son cefalosporinas de 2.ª o 3.ª generación. El tratamiento debe ajustarse según la sensibilidad antibiótica, tras 24 horas sin fiebre y de acuerdo con la tolerancia oral. Si la ITU se asocia con bacteriemia, se recomienda tratamiento intravenoso durante al menos 5 días.14
Indicaciones para la hospitalización
- Pacientes menores de 3 meses de edad
- Paciente tóxico o séptico
- Mala tolerancia oral
- Deshidratación
- Respuesta deficiente al tratamiento antibiótico adecuado.
- Cumplimiento dudoso del tratamiento antibiótico
- Malformación del tracto urinario (riñón único, uropatía obstructiva, RVU, etc.)
- Inmunodeficiencia
- Alteración hidroelectrolítica o de la función renal.
- En niños menores de 3 meses, debe asociarse ampicilina y, en niños con alteración de la función renal, no deben usarse aminoglucósidos. La duración del tratamiento es de 7–10 días.
- Absceso renal: el tratamiento debe durar 21 días, inicialmente en biterapia (cefalosporina de 3.ª generación más un aminoglucósido) y completarse con antibiótico oral según el urocultivo, tras la mejoría clínica.
Otros puntos clave del tratamiento
Circuncisión
Este procedimiento puede recomendarse en niños menores de 1 año de edad con infección del tracto urinario febril y/o malformación urológica asociada.
Disfunción vesical e intestinal
Este grupo de pacientes, dado el alto riesgo de ITU, tiene indicación de uroprofilaxis asociada al manejo de la disfunción miccional e intestinal.
Profilaxis
No se recomienda el uso de profilaxis antibiótica en niños sanos después de su primer episodio de ITU. Las indicaciones para la profilaxis antibiótica se han ido restringiendo con el tiempo. Los antibióticos de uso común para la profilaxis, cuando está indicada, se muestran en Tabla 1. En la actualidad está indicada en:14
- Niños con anomalías congénitas complejas del riñón y del tracto urinario (CAKUT)
- Niños con reflujo vesicoureteral (VUR) de alto grado, grados IV y V
- Pacientes con disfunción vesical, como la disfunción vesical e intestinal y la disfunción del tracto urinario inferior (LUTD)22
- Niños con 3 o más ITU en un periodo de 12 meses. En este grupo, la profilaxis está indicada por un periodo limitado de tiempo (3 – 6 meses)23
Tabla 1 Antibióticos y dosis comunes utilizados para el tratamiento y la profilaxis de las infecciones del tracto urinario.
Antibiótico | Dosis de tratamiento | Dosis de CAP | Indicaciones aprobadas por la FDA | Efectos adversos comunes |
---|---|---|---|---|
amoxicilina | 25–45 mg/kg/día por vía oral dividido en 2 dosis | 15–20 mg/kg al día | cualquier edad, tratamiento de ITU | reacciones cutáneas / alérgicas, trastornos gastrointestinales |
cefalexina | 25–50 mg/kg/día por vía oral dividido en 2–4 dosis | 25 mg/kg al día o dividido en 1–2 dosis | cualquier edad, tratamiento de ITU | reacciones cutáneas / alérgicas, trastornos gastrointestinales |
nitrofurantoína | 5–7 mg/kg al día dividido en 4 dosis | 1–2 mg/kg al día | > 1 mes de edad, tratamiento o profilaxis de ITU | anemia hemolítica, trastornos gastrointestinales, neumonitis intersticial, reacciones cutáneas / alérgicas |
trimetoprim | 8–10 mg/kg de TMP al día dividido en 2 dosis | 2 mg/kg de TMP al día | > 12 años de edad, tratamiento o profilaxis de ITU | reacciones cutáneas /alérgicas, toxicidad hematológica |
Trimetoprim / sulfametoxazol | 8–10 mg/kg de TMP al día dividido en 2 dosis | 2 mg/kg de TMP al día | > 2 meses de edad, tratamiento o profilaxis de ITU | reacciones cutáneas /alérgicas, toxicidad hematológica, hepatotoxicidad (kernicterus) |
Seguimiento recomendado
Los clínicos deben estar alerta ante síntomas recurrentes. Hasta el 30% de los niños con una ITU pueden presentar una reinfección. Hemos establecido que la ITU, especialmente la pielonefritis, se asocia con cicatrices renales. Por lo tanto, es relevante diagnosticar y tratar de manera oportuna estas infecciones para prevenir la progresión de la cicatrización renal.
Los cultivos de vigilancia rutinarios no deben realizarse en niños asintomáticos después de su primera ITU porque no mejoran la identificación oportuna de episodios verdaderos de ITU. Además, el tratamiento de pacientes que tienen bacteriuria sin síntomas no está comprobado y puede ser perjudicial.24
Por lo tanto, debemos capacitar a los cuidadores de niños pequeños sobre los riesgos de la ITU recurrente y aconsejarles que busquen atención médica siempre que sus hijos presenten fiebre y/o síntomas urinarios.25
Indicaciones para la derivación a un nefrólogo o urólogo pediátrico:26
- Infección del tracto urinario recurrente
- Pacientes con anomalías congénitas del riñón y del tracto urinario
- Reflujo vesicoureteral dilatante
- Función renal alterada
- Presión arterial elevada
- Síntomas del tracto urinario inferior y disfunción vesical e intestinal refractarios a las medidas de atención primaria
Conclusiones
La ITU es una infección frecuente en los niños. La mayoría de las ITU no son clínicamente significativas, pero otras, como la pielonefritis, desarrollarán cicatrices renales. Estas cicatrices, con el tiempo, pueden comprometer la función renal de los niños. Los niños con riesgo significativo de insuficiencia renal crónica parecen ser aquellos con CAKUT, en particular los varones con displasia renal.
Nosotros, como cuidadores, debemos estar atentos a las afecciones que predisponen a infecciones urinarias recurrentes y atenderlas de manera oportuna y adecuada con el fin de prevenir daño renal futuro. También es importante identificar y manejar afecciones predisponentes como la disfunción del tracto urinario inferior y el reflujo vesicoureteral.22
Puntos clave
- Las infecciones del tracto urinario son una causa importante de infecciones bacterianas en los niños.
- Las fuentes patógenas comunes son organismos gramnegativos. E. coli es responsable de más del 80% de los episodios de ITU.
- Los factores de riesgo más frecuentes son la edad, el sexo, el estado de circuncisión, las anomalías genitourinarias y los factores genéticos.
- Ante un paciente con una posible ITU, siempre obtenga una historia clínica completa, evalúe los signos y síntomas clínicos, realice un examen físico exhaustivo y luego solicite pruebas de laboratorio.
- El manejo de un niño con ITU es crítico debido a las posibles morbilidades irreversibles que pueden evitarse con un tratamiento adecuado.
- El objetivo principal del tratamiento en el período agudo es disminuir los signos clínicos y controlar la infección, evitando el daño del parénquima renal.
- El tratamiento a largo plazo implica preservar la función renal al prevenir la posible cicatrización renal, evitar ITU recurrentes y corregir las anomalías urológicas subyacentes.
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Última actualización: 2025-09-25 12:10